domingo, 19 de junio de 2016

Masacre de los penales en su aniversario 30


Aún recuerdo ese fatídico 18 de junio de 1986, tenía 8 años y llegaba del colegio, encontré a mi mamá  llorando, la tele estaba prendida y en ella se informaba que los presos se habían amotinado, jamás imaginé que desde esa día nuestras vidas cambiarían por siempre, ese 18 de junio se produjo un motín en tres cárceles, Lurigancho, Santa Bárbara y el Frontón dejando una cantidad indeterminada de muertos y desaparecidos (más de 200)

Hoy 30 años después de esos sucesos que enlutó a muchas familias dejando viudas, huérfanos, madres, hermanos inmersos en la mas profunda tristeza, nosotros  perdimos al hermano, al hijo, al universitario, al escritor, al poeta, perdimos a Claudio Gonzales Barbarán mi hermano.

Mi hermano no fue un terrorista, fue un joven que tenía sueños y metas por cumplir, adoraba a su familia, amaba por sobre todas las cosas a su mamá, mi madre, una mujer que en las circunstancias más difíciles, terribles y dolorosas que puede experimentar tuvo que levantarse y seguir adelante, luchando por sus otras razones de vivir, sus otros hijos, pero siempre con la esperanza de que ese hijo que adoraba y añoraba estuviera vivo, solo que el tiempo desvaneció esa esperanza, pero jamás el deseo de encontrarlo y darle cristiana sepultura.

Claudio era un joven con deseos de vivir, de luchar para sacar adelante a su familia, como hermano mayor tuvo la enorme responsabilidad de ser ejemplo para sus hermanos menores y lo consiguió porque gracias a esa guía gran parte de nosotros, sus hermanos logramos tener una profesión.

Claudio quería recorrer el mundo llevando consigo sus cuentos, fabulas, novelas, sus poemas, siempre le decía a su mamá "mamá voy a viajar, mamá quiero ser alguien" solo que su viaje fue a la eternidad, pero de alguna forma su sueño se hizo realidad ya que llevé su fotos y recuerdos a Suecia, a México, lo conocieron en Ecuador y otros países donde se proyectó el documental "Tempestad en los Andes" de Mikael Wistrom, en ese documental se relata parte de sus sueños pero también su trágico final.

30 años han pasado desde que te desaparecieron, 30 años de una búsqueda que no tiene fin, querido hermano ¿dónde estás? tal vez en el cielo infinito convertido en un ángel, en el mar que fue mudo testigo de tus últimos pensamientos, tus últimas palabras, tus angustias, rabia y dolor porque nunca más ibas a volver a ver a nuestra mamá, porque sabias que tu temprana desaparición nos iba a ocasionar el dolor más grande, dejar una herida que jamas cicatriza, todos tus sueños y metas fueron rotas como el cristal, sé que tu querías que te saquen de ese lugar, le decías a mamá "mamá saquenme de aqui", porque tenías el presentimiento de que algo terrible te iba a ocurrir, pero el destino quiso que te quedaras ahí, no quiero imaginarme como fueron tus últimos momentos, pero sé que tus últimos pensamientos eran para nosotros, para mamá, papá y tus hermanos.

Mi hermano no fue un terrorista como muchas personas califican, esos jóvenes que murieron y desaparecieron en la violencia política que azotó al Perú en los años 1980 - 2000, tenían familia, sueños, metas, antes de juzgar sería bueno que investiguen y conozcan algunos de ellos como Claudio.

El error de Claudio fue ser universitario, ser hijo de campesinos, ser provinciano, escribir un poema que hacia alusión a una revolución que jamás existió, tener ideales de que todos tuvieran las mismas oportunidades, pero jamás hizo daño a nadie, jamás hizó una bandera ni nada por el estilo.

Claudio no tuvo la oportunidad de formar una familia, no tuvo la oportunidad de cumplir sus sueños como nosotros si lo tuvimos.

Desde mi voz y la voz de mi familia no habrá reconciliación hasta que no haya justicia, hasta que los autores intelectuales y materiales no paguen por sus crímenes, hasta que los gobernantes de turno de ese año paguen por su crimen y sea un barrendero pero en la cárcel que es donde debería estar.

La masacre de los penales, sobre todo en la isla el Frontón fueron delitos de lesa humanidad, porque fueron ejecutados extrajudicialmente, la mayoría de esas ejecuciones fueron los sobrevivientes del primer piso del pabellón azul, ellos salieron por la parte donde no había periodistas, fueron encerrados en celdas muy pequeñas y de 5 en 5 fueron ejecutados y sus cuerpos calcinados. (Testimonio del único sobreviviente de esa ejecución)

En el Perú hay 15, 731 desaparecidos que claman ser encontrados, sus voces fueron silenciadas pero no de aquellos que todavía lo recuerdan, ellos tienen derecho a ser encontrados, ser enterrados dignamente, las familias tienen el derecho de que su duelo termine, pero no el luto. Hace poco el congreso aprobó una ley de búsqueda de los desaparecidos, aunque que el presidente aun no lo promulga. Esperamos que este ley sirva para que esta búsqueda que en algunos casos tienen más de 30 años cese y podamos enterrar a nuestros muertos.

Esta es mi voz, la voz de alguien que vive con el recuerdo de haber visto por última vez a su hermano sentado mirando el mar, una mirada de profunda tristeza, una mirada de despedida, una mirada de dolor por no haber visto a su mamá aquel día sábado, una mirada que duele y lacera el alma, mi hermano se fue hace 30 años pero su recuerdo perdura en nuestra memoria, en nuestro corazón, en sus cuentos, en sus poemas y nuestros pensamientos.

Ahí donde estas en la eternidad estas con nuestra hermanita, Claudio jamás te olvidaremos