Aún recuerdo ese fatídico 18 de junio de 1986, tenía
8 años y llegaba del colegio, encontré a mi mamá llorando, la tele estaba
prendida y en ella se informaba que los presos se habían amotinado, jamás
imaginé que desde esa día nuestras vidas cambiarían por siempre, ese 18 de
junio se produjo un motín en tres cárceles, Lurigancho, Santa Bárbara y el
Frontón dejando una cantidad indeterminada de muertos y desaparecidos (más de
200)
Hoy 30 años después de esos sucesos que enlutó a
muchas familias dejando viudas, huérfanos, madres, hermanos inmersos en la mas profunda tristeza, nosotros
perdimos al hermano, al hijo, al universitario, al escritor, al poeta, perdimos
a Claudio Gonzales Barbarán mi hermano.
Mi hermano no fue un terrorista, fue un joven que
tenía sueños y metas por cumplir, adoraba a su familia, amaba
por sobre todas las cosas a su mamá, mi madre, una mujer que en las
circunstancias más difíciles, terribles y dolorosas que puede experimentar tuvo
que levantarse y seguir adelante, luchando por sus otras razones de vivir, sus
otros hijos, pero siempre con la esperanza de que ese hijo que adoraba y
añoraba estuviera vivo, solo que el tiempo desvaneció esa esperanza, pero jamás
el deseo de encontrarlo y darle cristiana sepultura.
Claudio era un joven con deseos de vivir, de
luchar para sacar adelante a su familia, como hermano mayor tuvo la enorme
responsabilidad de ser ejemplo para sus hermanos menores y lo consiguió porque
gracias a esa guía gran parte de nosotros, sus hermanos logramos tener una profesión.
Claudio quería recorrer el mundo llevando consigo
sus cuentos, fabulas, novelas, sus poemas, siempre le decía a su mamá
"mamá voy a viajar, mamá quiero ser alguien" solo que su viaje fue a
la eternidad, pero de alguna forma su sueño se hizo realidad ya que llevé su
fotos y recuerdos a Suecia, a México, lo conocieron en Ecuador y otros países
donde se proyectó el documental "Tempestad en los Andes" de Mikael
Wistrom, en ese documental se relata parte de sus sueños pero también su trágico
final.
30 años han pasado desde que te desaparecieron,
30 años de una búsqueda que no tiene fin, querido hermano ¿dónde estás? tal vez
en el cielo infinito convertido en un ángel, en el mar que fue mudo testigo de
tus últimos pensamientos, tus últimas palabras, tus angustias, rabia y dolor porque nunca más ibas a
volver a ver a nuestra mamá, porque sabias que tu temprana desaparición nos iba a
ocasionar el dolor más grande, dejar una herida que jamas cicatriza, todos tus sueños y metas fueron rotas
como el cristal, sé que tu querías que te saquen de ese lugar, le decías a mamá "mamá saquenme de aqui", porque tenías el
presentimiento de que algo terrible te iba a ocurrir, pero el destino quiso que
te quedaras ahí, no quiero imaginarme como fueron tus últimos momentos, pero sé
que tus últimos pensamientos eran para nosotros, para mamá, papá y tus
hermanos.
Mi hermano no fue un terrorista como muchas
personas califican, esos jóvenes que murieron y desaparecieron en la violencia política
que azotó al Perú en los años 1980 - 2000, tenían familia, sueños, metas, antes
de juzgar sería bueno que investiguen y conozcan algunos de ellos como Claudio.
El error de Claudio fue ser universitario, ser
hijo de campesinos, ser provinciano, escribir un poema que hacia alusión a una revolución
que jamás existió, tener ideales de que todos tuvieran las mismas
oportunidades, pero jamás hizo daño a nadie, jamás hizó una bandera ni nada por
el estilo.
Claudio no tuvo la oportunidad de formar una
familia, no tuvo la oportunidad de cumplir sus sueños como nosotros si lo tuvimos.
Desde mi voz y la voz de mi familia no habrá
reconciliación hasta que no haya justicia, hasta que los autores intelectuales
y materiales no paguen por sus crímenes, hasta que los gobernantes de turno de
ese año paguen por su crimen y sea un barrendero pero en la cárcel que es donde
debería estar.
La masacre de los penales, sobre todo en la isla
el Frontón fueron delitos de lesa humanidad, porque fueron ejecutados
extrajudicialmente, la mayoría de esas ejecuciones fueron los sobrevivientes
del primer piso del pabellón azul, ellos salieron por la parte donde no había
periodistas, fueron encerrados en celdas muy pequeñas y de 5 en 5 fueron
ejecutados y sus cuerpos calcinados. (Testimonio del único sobreviviente de esa
ejecución)
En el Perú hay 15, 731 desaparecidos que claman
ser encontrados, sus voces fueron silenciadas pero no de aquellos que todavía
lo recuerdan, ellos tienen derecho a ser encontrados, ser enterrados
dignamente, las familias tienen el derecho de que su duelo termine, pero no el
luto. Hace poco el congreso aprobó una ley de búsqueda de los desaparecidos,
aunque que el presidente aun no lo promulga. Esperamos que este ley sirva para
que esta búsqueda que en algunos casos tienen más de 30 años cese y podamos
enterrar a nuestros muertos.
Esta es mi voz, la voz de alguien que vive con el
recuerdo de haber visto por última vez a su hermano sentado mirando el mar, una
mirada de profunda tristeza, una mirada de despedida, una mirada de dolor por
no haber visto a su mamá aquel día sábado, una mirada que duele y lacera el
alma, mi hermano se fue hace 30 años pero su recuerdo perdura en nuestra
memoria, en nuestro corazón, en sus cuentos, en sus poemas y nuestros
pensamientos.
Ahí donde estas en la eternidad estas con nuestra
hermanita, Claudio jamás te olvidaremos